Fin del verano.
No voy a engañarme a mi misma diciendo que ha sido perfecto y el mejor de todos, porque no ha sido así.
No ha sido de mis mejores veranos, lo he llegado a odiar, no podía creerme todo lo que quedaba para que finalizara, pero echo un pequeño vistazo a fotografías que se tomaron en aquellos calurosos días y recuerdo las risas de cada instante, y es que no todo es bonito en la vida ni en un sólo día, pero quedémonos con esos "pequeños instantes" que alimentan tu vida y tus recuerdos, que por ellos valen la pena pasar todo lo malo, porque los recuerdos al fin y al cabo son lo único que nos queda, en nuestro mayor tesoro, la memoria.
Brindo porque permanezcan las pequeñas cosas que te llenan y te llenarán por dentro.