"Y dejar que la improvisación nos guíe hasta la decisión."

Tantos errores cometemos por el camino, que la agonía y el dolor que causan me dificultan escribir. Y es que siempre nos acordamos de los mismos errores cuando estamos mal, sin darnos cuenta de que cuando estamos "bien" simplemente es una cortina de humo para evitar vernos mal. Los errores cometidos nadie puede remediarlos, podemos rectificar, pero nunca se olvidaran, quizás nunca logremos remediarlos. Pero, ¿qué íbamos a saber en aquel momento? nos dejamos llevar por la edad, por el momento, los calentones, los impulsos... y sucede la acción-reacción. Porque todo en esta vida tiene consecuencias, y aunque creamos que somos los mayores perjudicados siempre acaba saliendo alguien más perjudicado. ¿Cuando lograremos dejar de cometer errores?

Y te das cuenta que la vida son dos puñeteros días, que cuando menos te lo esperas llega el día de tu cumpleaños y ya ha pasado un año en tu etapa de vida, y en ese año tu vida da un giro de 360 grados.  Pierdes amigos, te distancias de gente que no querías distanciarte, pero siempre están los verdaderos, los que te sobran dedos de una única mano para contarlos, y conoces gente nueva, gente increíble, que hace que tus días parezcan los últimos de tu vida. Cada año la vida te pone al límite, el peor límite, el que nunca hubieses imaginado, y te das cuenta que estas solo, que eres el único que puede traspasar esos límites. Siempre quieres hacer las cosas bien, olvidando que no eres perfecto, y que te vas a equivocar, pero siempre puedes rectificar. Somos nosotros quienes nos ponemos la venda en los ojos, sin darnos cuenta que pese a todo lo malo esta vida vale la pena, y cumplir años también. Gracias a todos aquellos que siempre han estado ahí, a los que se fueron y a los que ap...

¿por qué no puedo otorgarle paciencia cuando es lo único que me está pidiendo?

No vengas tú a hablarme de sentimientos. No vengas de listo contándome como son los sentimientos, tú, que nunca conociste el valor de ellos, que cambiabas de opinión en cuestión de segundos, que jamás supiste que es lo que realmente sentías ni tampoco sabías que era lo que querías.