No vengas tú a hablarme de sentimientos.
No vengas de listo contándome como son los sentimientos, tú, que nunca conociste el valor de ellos, que cambiabas de opinión en cuestión de segundos, que jamás supiste que es lo que realmente sentías ni tampoco sabías que era lo que querías.
No vengas de listo contándome como son los sentimientos, tú, que nunca conociste el valor de ellos, que cambiabas de opinión en cuestión de segundos, que jamás supiste que es lo que realmente sentías ni tampoco sabías que era lo que querías.