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Mostrando entradas de enero, 2016

Siempre formarás parte de mi historia.

Y créeme, soy feliz de ver como estas ahora; quizás tus fotos engañen y detrás de esa sonrisa solo hayan lágrimas, pero, ¿y qué más puedo hacer? Sé que lo nuestro pasó, quizás no estábamos destinadas a permanecer juntas. Pero siguiendo, por tus fotos parece que todo te va bien, y me alegra, y el poder verte y saludarte también me alegra, sin rencores, así sí.  Y cuando dejas el rencor a un lado te das cuenta de que vale la pena, que aunque ya nunca será lo mismo, más vale tener eso a nada. Aunque ese sentimiento de echarte en falta, de acordarme de ti, de querer estar más cerca de ti, sigue ahí, superado, pero ahí permanece, pero ya no me afecta, es señal de que fue verdadero, de que te quise como si fueras de mi propia sangre, y que siempre te recordaré, por mucho tiempo que pase siempre formarás parte de mi historia, y de lo que soy ahora. 

Y si de algo me arrepiento es de arrepentirme.

Ese sentimiento contradictorio sigue ahí, rondando desde siempre. Recordando el pasado, una y otra vez, desde mil y una perspectiva. Y ahí estoy, en ese círculo vicioso que me atormenta de cierto modo. Pensando en los fallos y errores que cometí, pero no los cometí yo, no, aquella no era yo, porque mi conclusión es que estamos constantemente en proceso de cambio, para mejor. O al menos eso intentamos, ¿no? Me perdonó, lo sé, pero no logró olvidar ni pasar página, pero también sé que lo intenté, aunque de cierto modo he de reconocer que intenté arreglar lo imposible, construir lo inconstruible, reparar lo que ya había roto en mil pedazos. Pero esta vida es así, sin más, cambias... las circunstancias, la edad, tu alrededor... Aunque todos sabemos, cabe decir, que todos, absolutamente todos los errores o fallos que cometimos en un pasado han hecho que hoy por hoy seamos lo que somos, y no hay nada mejor que sentirse orgulloso de ser quien eres. ¡Ya está! cometiste errores, como todo...