Y aquí estoy, en una noche de verano pegada a mi ordenador escribiendo, porque no hay nada que me haga sentir mejor que escribir e intentar expresarme de la mejor manera que puedo y que sé.
Asomada en mi pequeño balcón, contemplando la noche y un cielo sin apenas estrellas, miré a lo lejos y vi una palmera; pienso, y miró atrás y reflexionó cuando vi como alguien plantaba esa palmera y resulta que ese "atrás" son hace bastantes años y en estos momentos esa palmera pasa mi altura. Podrás pensar que es una tontería pero a mi me ha hecho darme cuenta de que el tiempo vuela, que no nos damos cuenta que es algo que jamás va a volver, no lo podemos controlar, está pasando. Y es lo más valioso que la vida me ha enseñado que existe, porque ¿acaso puedes retroceder en él? ¿puedes adquirir más? ¿puedes detenerlo? lo dudo.
Nadie debería tener el valor o las agallas suficientes a rechazarlo.
Asomada en mi pequeño balcón, contemplando la noche y un cielo sin apenas estrellas, miré a lo lejos y vi una palmera; pienso, y miró atrás y reflexionó cuando vi como alguien plantaba esa palmera y resulta que ese "atrás" son hace bastantes años y en estos momentos esa palmera pasa mi altura. Podrás pensar que es una tontería pero a mi me ha hecho darme cuenta de que el tiempo vuela, que no nos damos cuenta que es algo que jamás va a volver, no lo podemos controlar, está pasando. Y es lo más valioso que la vida me ha enseñado que existe, porque ¿acaso puedes retroceder en él? ¿puedes adquirir más? ¿puedes detenerlo? lo dudo.
Nadie debería tener el valor o las agallas suficientes a rechazarlo.