Ese sentimiento contradictorio sigue ahí, rondando desde siempre. Recordando el pasado, una y otra vez, desde mil y una perspectiva. Y ahí estoy, en ese círculo vicioso que me atormenta de cierto modo. Pensando en los fallos y errores que cometí, pero no los cometí yo, no, aquella no era yo, porque mi conclusión es que estamos constantemente en proceso de cambio, para mejor. O al menos eso intentamos, ¿no? Me perdonó, lo sé, pero no logró olvidar ni pasar página, pero también sé que lo intenté, aunque de cierto modo he de reconocer que intenté arreglar lo imposible, construir lo inconstruible, reparar lo que ya había roto en mil pedazos. Pero esta vida es así, sin más, cambias... las circunstancias, la edad, tu alrededor... Aunque todos sabemos, cabe decir, que todos, absolutamente todos los errores o fallos que cometimos en un pasado han hecho que hoy por hoy seamos lo que somos, y no hay nada mejor que sentirse orgulloso de ser quien eres. ¡Ya está! cometiste errores, como todo...